El guiño de Morante al toro 'blanco' de Osborne en el festival de Antoñete y el "no" de Roca Rey para sustituir a Cayetano en Santander

Casi a la par que se conocía un avance de la Feria de Otoño con Morante de la Puebla al frente y la ausencia de Roca Rey, Roca Rey decía "no" a la idea del maestro, lanzada desde París, para sustituir a Cayetano en Santander. A la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, le había encantado la propuesta, altruista además, con sus honorarios donados para una institución benéfica. José María Garzón también había escuchado el ofrecimiento con agrado, pero todo parecía indicar, a razón de los últimos acontecimientos, la temporada pintada con el color de la antología morantista, su feudo de Pamplona entregado a la causa del maestro de La Puebla, la negativa sería la contestación. Como la había habido antes a algún sondeo con Daniel Luque, nada nuevo en este caso. Ni en otros.
Pedro J. Marques, su apoderado, confirmó la negativa que, según ha contado Joserra Lozano, mentor de Roca, a Antonio Lorca en El País, no fue un no, sino un a ver qué pasa esta tarde, pero todos sabemos que hay formas de decir no.Lo que pasó por la tarde fue que El Cid le pegó un repaso con la corrida de Victorino y triunfo con absoluta maestría con un toro excelente, y se convirtió entonces en el candidato. Había sonado también la alternativa del novillero mexicano, Bruno Aloi, triunfador del certamen de novilladas nocturnas de Las Ventas, que torea hoy en Garlin (Francia). Al final, el cartel de El Cid, Juan Ortega y Roca Rey, con toros de Domingo Hernández, es el definitivo.
La érratica estrategia de Roca Rey, más allá de los escasamente brillantes resultados en las grandes feria, no acaba de enderezarse. Ni dentro ni fuera de los ruedos salen los planes. Mucho volantazo desde el disgusto por el documental de Albert Serra, Tardes de soledad, a subirse (tarde) al carro, pasando por el plantón a Ayuso en la gala de los carteles de San Isidro, luego reconducido con una invitación a la finca de los Sandoval aireada en redes con música sugerente. A la apuesta por los victorinos de este día de Santiago, un encaste que se le atasca. Su potencial no se corresponde con la imagen labrada.
En frente, Morante abandera un año pletórico con las antologías de Sevilla -cuatro tardes memorables-, la conquista de Madrid y Pamplona y un sinfín de grandes tardes que acabarán con su doblete el 12 de octubre en Madrid, como adelantó EL MUNDO. Para el festival de la mañana que organiza, con el objetivo último de erigir una escultura a Antoñete en Las Ventas, como él mismo contó en estas páginas allá por mayo, quiere tener un guiño con la legendaria faena al toro ensabanado de Osborne, Atrevido, en 1966 en su plaza de Madrid. Y, así, el maestro, estudioso de la historia, y cuidador de los detalles, ha elegido dos ejemplares de la ganadería de Osborne para la ocasión que recuerden lo inolvidable: la obra de Chenel con el toro blanco.
Por la tarde, lidiadirá la corrida de Garcigrande con la despedida de Fernando Robleño y la confirmación de Sergio Rodríguez, ganador de la Copa Chenel. A nada le pone barreras Morante, generoso con el toreo y con la Historia.
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